En la década de los años ochenta, se crearon los talleres literarios, como un movimiento de las letras ecuatorianas. Estos, fueron consecuencia del Taller que creó la Casa de la Cultura Ecuatoriana en el año de 1980 y fue dirigido por el escritor Miguel Donoso Pareja, quien demostró al país que una labor de esta naturaleza genera nuevos aportes al imaginario cultural y que por tanto deja huellas imposibles de borrar, tal como ha quedado registrado en el libro “La posibilidad de soñar por escrito” del poeta Alfredo Pérez Bermúdez.
En estos procesos colectivos, plenos de recursos metodológicos innovadores relativamente desconocidos aún, se formaron varios escritores que hoy representan a las letras ecuatorianas y que a pesar de la falta de difusión de sus obras, no han dejado de producir, sin esperar reconocimiento alguno, que no se el que sus obras, por sí solas, lo merezcan.
De aquello muy poco se ha analizado y discutido. La experiencia del Encuentro “Cultura entre dos crisis”, realizado en el año de 1987, constituyó un hito en la historia de reflexión local sobre el rol del escritor en su contexto político y social, el que no fue evaluado de manera sistemática para generar continuidad en necesarios y útiles debates, sobre todo para encontrar derroteros para los actuales momentos, cuando el Gobierno de autodenominada “Revolución Ciudadana”, ha creado el Ministerio de Cultura, como un ente articulador y rector de las políticas en este sector de gestión gubernamental.
Si otrora, los trabajadores de la cultura y particularmente de la literatura, nos hemos movilizado reclamando por los derechos de nuestras áreas de acción, es necesario volver a retomar los cauces de la reflexión, el análisis y la confrontación conceptual, política y sobre las prácticas significativas de las “culturas ecuatoriales”, pues el gran esfuerzo realizado, no ha logrado que los derechos de los creadores sean asumidos como políticas de Estado, y por el contrario, hasta la presente fecha, no se reconoce al imaginario cultural de los pueblos y culturas ecuatoriales, como un eje de desarrollo nacional, a pesar de estar en juego una reciente discutida Ley de Culturas en Ecuador.
En lo específico, es imprescindible que los jóvenes creadores literarios, poetas y narradores, ensayistas y analistas sociales, nos convoquemos para asumir la responsabilidad de darle al país nuevas herramientas conceptuales provocadas por los recientes desarrollos tecnológicos y científicos, así como para evidenciar y reconocer el resurgimiento de nuestras culturas ancestrales y de nuevas culturas juveniles urbanas, como ejes vigentes de nuevas formas de comportamiento humano y convivencia en armonía y reciprocidad con la naturaleza (Sumak Kawsay) y entre los seres que habitamos este planeta y en particular: en nuestras ancestrales Tierras de la Mitad.
muy pronto la programacion del encuentro...
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