Recorremos primero por el Quito primordial de la fundación mítica (Kitwa), con su cosmogonía y su riqueza telúrica, cruzamos luego la sórdida trifulca de la conquista, en la que se sublima la resistencia y a sus héroes, hasta desembocar en el saldo negro de la metamorfosis urbana. El Quito colonial, (Quito anti-lirico) de la segunda parte, desnuda la inutilidad de los esfuerzos sociales debido a la casi nula participación popular en el proceso de Independencia, convertida ésta en asunto de marqueses y de obispos. El grotesco contraste con Eugenio Espejo o Las Alcabalas ( el populacho) define la violencia como rasgo de mestizaje cultural, pero también el protagonismo de las víctimas, cuando tienen tres dedos de frente y sangre en la cara. La simultaneidad temporal que deja ver la lengua con eventos de la historia contemporánea no es pura casualidad.
CORREDOR
Trotaban
con el cabello sobre los hombros
descendiendo ágilmente
por entre los riscos de los Antis.
Pilotos de páramo llevando
spondylus de sal
y comunicaciones urgentes
brincando
como alpakas
por entre las verdes piedras
de Miñu Manta
Marcando
con sus oshotas
la ruta de retorno
del gran Catequil
convirtiendo en kipus
polícromas hiladas de maíz.
Chaskis de niebla
Yumbos mindalas
flotaban con sus bolsas de cabuya
por entre las pétreas nervaduras
de Allpa Mama
serpenteando
por entre las quebradas teñidas de sigses
en donde chuzalongos comilones
devoraban ratoncillos de indias
y flautas de carrizo
resoplaban tambores guerreros
tras de los altos
Apus milenarios.
Jadeando
palpitando
amoratados los
chaskis kitensis
enlazaban las aldeas
del Kitwa
milenario
y
sus informes meteorológicos
cartas de amor naipes de coca
transacciones mercantiles
han quedado
cifradas en el
Kinty Ñan
áureo camino del colibrí:
recto sendero hacia
KI-TO
sacro corazón
de las serpenteantes
tierras
equinocciales
de
AMARU-KA.
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RUMI ÑAWI
Cara de Piedra
fue su nombre
y su vivir parpadeante
avistaba
sombras señales flechas
desde los tiernos ojos
de una allpaka.
Rumi ñawi
viejo tótem:
en el país de higos
donde entretejes
tus rumores
giran los pumas
de tus ojos
como un frutal vuelo
de pingullos
desafinando el aire.
Rumiñawi:
retruécano de koka
duende de ají
llauto de helechos
en la rotación de la oka
Bebes wayusa tibia
en el vientre del páramo
como el señor de Extremadura
beberá sangre en las calaveras
del Cuzco.
Ojo de piedra:
guerrero de azares
alacrán indio celeste
forastero de un rojo cielo
desbordado
de sus odres:
Tuya es la misión
de esconder los tesoros del padre
en la amarga uña del ñáchag
en las negras plumas del cóndor
en la subterránea
alquimia
de la papa.
Tuya la vieja armadura
de guerrero colonche
gateando sin ojos
por entre las hogueras
de la santa espada.
Tuya la ingravidez
de los hongos
del agua colla
de la ayawashka
Tuya la primera cosecha
de cacaos
tuyos esos ecos ecos ecos
resonando
en la íntima cueva
de aquella fiera silvestre
que no atina
a desatarse .
Labio de piedra:
alto guardián del misterio
cifrado por
los Amautas.
Desde la alta copa
del árbol lunar en donde estampas
el veneno de tus dardos
una recia música de humus
volverá contigo un día
a desatarnos.
Jaguar de piedra
encendedor
de poggios manantiales:
con tus huesos de armadillo
haremos un gran tambor de aire
y serás mucho más
que un silbido de tristes quenas
en la cotidiana niebla
de
Onda de piedra
Anciana imagen
del tiempo
Memoria que te revuelves
en diques y diamantes
Tu espíritu disuelto
como el maíz tierno
en la colada
echará raíces de humo
en las hojas verdes del bijao
Surtirá de savia seminal
el movimiento
del gran cetáceo ondulante...
Rumi ñawi:
astro de piedra que ardes
y que giras
y que nos retozas
en la memoria
ha s t a
c u m p l i r t e.
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KITWA
I.
Yaku:
Antigua
vertiente cristalina
del Ki-chinchay
que hoy solo acarrea olvido
y bajo la constelación del mono
en Wanakauri
el cuerpo de la luna
despedazado en ruinas.
Tayta Inty
es un ciempiés de patas rojas
que aún se yergue y desciende
perpendicular
sobre la gran kancha
invadida por cruces
y espadas.
Y en la calle cuerda
La del cordel de oro
que religaba
las moradas del sol y de la luna
fantasmas de apachitas kitu-caras
vigilan un sendero
de mohosas cruces latinas
cercenando el amor telúrico
entre dos pirámides:
Yavirak y Wanakauri.
II.
Titilan
los rayos de Inty
hacia el ocaso
obligando al Kitu milenario a recogerse
a mimetizarse a recular
ante el vertiginoso avance
de cegadoras luces de neón
que iluminan las románticas estatuas
de leoninos patriotas.
El ayer
Kito milenario
no es más que un jaguar
despedazado en calles y en manzanas
aquel que ayer rugía radiante
tan solo es un felino extraviado
en la hispana memoria
del morisco Ben-Alcázahar.
III
Ya en palacio
la antigua morada de Atawallpa
hollada por nuevas conquistas
el Ushnu ancestral (esbelto obelisco
que ensartaba en su ojo
el sol tierno de junio)
es solo una pálida torre
tañendo a misa de beatas.
Y hacia el Yavirak
corazón de la ciudad sagrada
lugar de wankas para amarrar el sol
solo yace enjuta
una virgen alada
erigida por miles de diablejos
que aún masturban
su crucificada avaricia
sobre barrocos altares
de pan de oro.
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